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TODO EL QUE PIDE RECIBE. febrero 16, 2010

Posted by María Iztaccihuatl in Bienvenidos.
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Si deseas que cambie tu vida, lo primero que tienes que hacer es pedirlo. Es mas sencillo de lo que parece.
Analicemos cuatro condiciones necesarias para que esto ocurra:

QUERER

El querer es la voluntad, el motor del movimiento. Es evidente que sin motor no podemos avanzar hacia nuestras metas.

Querer es la primera condición para iniciar cualquier cosa, también para comunicarnos con Dios.

Cuando uno quiere cambiar algun defecto, curarse de una efermedad o perdonar a nuestros semejantes, el primer paso es querer.

PODER

El poder es  fe y como sabemos, la fe mueve montañas.

Absolutamente todos podemos hacer lo que nos propongamos si tenemos fe en nuestros propósitos.

El poder de la fe eleva nuestra energía.

Cuando tenemos el poder de la fe nos encontramos mas cerca de Dios.

SABER

El saber sin todas las formas de acercamiento a lo divino son válidas, pero es necesario saber ciertas recomendaciones para que la comunicación se realice de la mejor manera.

ATREVERSE

La importancia personal es un lastre que nos mantiene atados a los niveles más grotescos de la existencia, tarde o temprano debemos enfrentarla y erradicarla como si se tratara de una mala yerba.

Perder la importancia personal no significa que le perdamos el gusto a lo que hacemos o al cuidado de nuestro Ser, se trata de ser más libre de odios y culpas provocadas por el ego. Una vez que esto ocurre, nos iremos acercando a la luz, siendo más ligeros, porque nuestra energía no será mal encauzada a empresas negativas, por lo que nuestra comunicación con lo divino será fluida y transparente.

Alejemos de nuestro pensamiento todo perjuicio respecto a lo que no entendemos por que no podemos verlo, manteniendo nuestra mente abierta y dispuesta a sorprenderse de las cosas más simples del mundo.

Pide y se te dará
busca y hallarás;
toca, y se te abrirá
Porque todo el que
pide, recibe;
y el que busca, encuentra
y el que toca
se le abrirá.
                                                   Mateo 7:7-8